jeudi 19 avril 2012

Ese rey pecador que viene de matanzarl...



Si Berlanga hubiera introducido los accidentes cinegéticos de la casa real en el guión de La escopeta nacional (o séase, el fraticidio involuntario del rey, su actual rotura de cadera y el autodisparo en el pie del nieto Froilancín), posiblemente, se hubiera considerado demasiado esperpéntico y surrealista, incluso, para el universo berlanguiano. Y es que la realidad siempre supera a la ficción.

No es difícil imaginarse la precuela. Érase una vez un rey muy mayor, carca y achacoso que anuncia a sus consejeros que, en plena semana santa, necesita una dosis de virilidad real en forma de sangre de paquidermo. Todos se le echan encima gritando “¡nooooooooorl!”, pero el monarca, además de los arranques temperamentales, las cabezonerías y los melopasotodoporelarcodeltriunfismos de la vejez, suma la prepotencia rancia de su rango y contesta “pues me largo, porque yo lo valgo”.

Poco imaginaba el juancar la granizada de críticas que le iban a caer por culpa de un accidente delator. Y es que él siempre ha cazado todo lo que se le pusiera por delante, contra cruzadas conservacionistas y sin escrúpulos de ningún tipo ni condición. ¿Por qué le critican ahora? ¿es que es por el gasto económico que ha supuesto su sangriento capricho en plena crisis, por su falta de transparencia o por lo inapropiado del hobbie en si mismo? Sin embargo, de entre todas estas dudas, su mente real no deja de dar vueltas a una espinosa cuestión: ¿si no llevaran todos el cinturón tan apretado, se me habría censurado de la misma forma?




Y es que como bien dice el director de investigaciones de Igualdad Animal, todo el mundo habla del coste económico y de la frivolidad del monarca, pero nadie piensa en el coste de la matanza para la familia de ese elefante, o más bien, elefanta. Se trataba de una matriarca, la pieza estrella de cualquier caza de elefantes que se precie debido a su tamaño, majestuosidad (y magnífico marfil). Contra las cacerías hemingwayanas no hay Diane Fossey que valga. En países paupérrimos como Botswana, los esfuerzos conservacionistas nunca traspasan los muros del poder y el dinero.

Los elefantes, ajenos a la estupidez, ruindad y sadismo humanos, se organizan en clanes organizadísimos y muy complejos. Cuando una matriarca muere, toma su lugar otra hembra que ha recibido todos los conocimientos de la hembra fallecida: las rutas migratorias, dónde buscar agua, comida, etc. La muerte, por causas naturales, de una matriarca, significa que, tras el periodo de luto (con ritos funerarios incluidos que, además, se repiten año tras año) la manada se reorganiza.

Cuando una matriarca muere asesinada, sin embargo, se condena a toda la manada, ya que los más jóvenes no tienen de quien aprender a encontrar esos conocimientos y rutas; este hecho se ha vivido en muchos poblados y ciudades africanas, donde pequeños grupos de jóvenes elefantes asaltan, en una aparente euforia vandálica, desde casas y tiendas hasta siembras y cosechas. Se comportan como se comportarían (de hecho así sucede) un grupo de adolescentes que vive sin la guía de sus mayores. Es entonces cuando los cazadores utilizan estos actos como excusa para matar a estos jóvenes elefantes también.


Resulta ingenuo pero inevitable preguntarse: ¿y todas estas vidas preciosas brutalmente aniquiladas sólo para que un grupo de ricachones sin escrúpulos pueda demostrar que forma parte del equipo de los intocables sin Elliot Ness? ¿no podría alguna especie alienígena bajar a la tierra y cargárselos dolorosa y lentamente, esgrimiendo los mismos y asquerosos argumentos con los que ellos justifican la caza de elefantes?

Ante la presión popular, el mataelefantes real ha pedido perdón, pero no nos engañemos: sólo ha sido un cachete. Sin embargo, por mucho que se disculpe con ese campechanismo que tan buen resultado le ha dado siempre, el asunto sigue oliendo a podrido de forma insoportable. El mismo juancar sabe que, él solito, su mayor representante, ha disparado otro tiro de gracia a ese ente, hasta hace poco intocable, que era la anacronísima institución de la monarquía. Los que vemos el triste espectáculo desde fuera, sin embargo, encontramos, entre el asco, la rabia y la indignación, un rayo de esperanza ante la certeza de que la realeza se esta mutilando, poco a poco, a si misma… por la gracia de dios…

*

10 commentaires:

  1. Qué interesante lo que cuentas sobre los elefantes. Y qué despreciables somos a veces los seres humanos.

    Por un amigo que es bombero forestal sé que la caza de ciervos financia el mantenimiento de los bosques en los que estos habitan (al menos en Zamora). Triste y paradójicamente, si no fuera por los cazadores, no resultaría rentable proteger la fauna y flora. Me imagino que ocurre lo mismo con los elefantes en África.

    Comparto tu rayo de esperanza entre el asco y la indignación.

    Un abrazo

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  2. que asco de pais es el nuestro aggggggg

    y lo peor esa excusa tan poco creible

    un saludo niña

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  3. Gracias por vuestras respuestas, chicas :)

    No imaginaba que posteara nadie (este tema encaja más en V for vegetarian) porque conozco a la mayoría de mis contactos y sé que estos temas ni les mueven ni les afectan demasiado. No creo que tenga mucho que aportar a un tema tan comentado. Sin embargo, pensé que las consecuencias directas de una matanza de elefantes en la manada deberían saberse y por eso me he animado a escribir.

    Bis, sobre la caza y "sus afanes proteccionistas", supongo que ocurrirá asi en algunos sitios (Spain is always different), pero la tendencia a la alza es el turismo ecológico. En sudamérica, por ejemplo, resulta una mina ir a ver a la mariposas monarca, los colibríes, las tortugas o las ballenas. Ciertos turisteos están salvando tierras y poblados enteros. Costa Rica, por ejemplo, es uno de los países modelicos en ese sentido. Ojalá tomara ejemplo el resto del mundo...

    Seo, long time no see! Welcome back! Hoy mismito me paso por tu rincón :)

    Kisses concienciados ***

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  4. Asco de familia real. En plena crisis y tirando nuestro dinero en maltrato y tortura animal, en matar por matar, en asesinar por diversión y por aburrimiento. Que repugnancia.

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  5. ¡La televisión holandesa elabora un reportaje-protesta contra la última estupidez real! ¡Viva Holanda!

    http://vimeo.com/40663555

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  6. La ceguera moral por Fernando Vallejo



    La foto impúdica que publicó EL PAÍS el domingo en primera plana del rey Borbón y otro cazador, ambos con escopetas y atrás de ellos el elefante que acababan de matar, me produjo, ¡otra vez!, un sentimiento que en mí se ha vuelto recurrente: asco a la humanidad. Yo he visto de niño las fotos de los decapitados de mi país, en hileras de decenas, y a veces de centenares, de campesinos conservadores o liberales descalzos (pues entonces no tenían ni con qué comprar zapatos) y con las cabezas cortadas a machete y acomodadas a los cuerpos a la buena de Dios: eran las del enfrentamiento entre el partido conservador y el partido liberal colombianos, que a mediados del siglo que acaba de pasar se estaban exterminando en esa guerra civil no declarada que conocimos como la Violencia, así, con mayúscula como se pone en España el “Rey”, y que incendió y devastó el campo de Colombia.

    Ninguna de esas fotos me produjo tanto dolor, tanta perturbación como esta del periódico español. Tal vez porque desde niño no quiero a los seres humanos pero sí a los elefantes. O tal vez por lo que enmarca la foto: arriba el nombre del periódico, EL PAÍS, el único que ha llegado ser transnacional en nuestro idioma, pues ni La Nación de Buenos Aires, el diario de los Mitre, con lo grande que fue, lo logró: trascender las fronteras nacionales para ir a los cuatro rumbos del ámbito hispánico, por sobre el mismo mar. Y debajo de EL PAÍS el encabezado, el titular, insulso, banal, perverso: 'El Rey es operado de la cadera al caerse en un safari en Botsuana'.

    La tragedia era esa, que el Rey con mayúscula se había roto la cadera en un safari, no que acababa de matar a un animal hermoso, inocente, que ningún daño le había hecho. Para EL PAÍS la matanza de animales grandes por diversión en África es un simple safari: para mí es un asesinato. Y adentro del periódico, llenando dos páginas, la crónica banal del percance y otra foto del Rey con el mismo cazador y adelante de ellos dos búfalos que acaban de matar. Un destino habitual para la caza mayor, dice el correspondiente titular. “España es de los países que más trofeos de grandes especies importa de África. Matar un elefante en Botsuana sale por más de 44.000 euros”. Y que “los médicos le han tenido que colocar al Rey una prótesis que sustituye la cabeza del fémur y la zona donde esta se ensambla con la pelvis”, etcétera, en ese tono neutro, imparcial, que es el que le corresponde a un gran periódico.

    [Sigue abajo]

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  7. De entonces acá, en las horas que han pasado, ha venido la condena en las redes sociales de Internet de muchos españoles indignados porque el Rey se está gastando el dinero público en diversiones cuando España pasa por uno de sus peores momentos, o porque la Casa del Rey no le informó al presidente de su viaje, o por razones así. ¿Y es que alguna vez le informó a alguien cuando se iba a Rumanía a cazar osos con Ceausescu? Todavía en 2004, tiempo después de la caída del tirano, seguía yendo a lo mismo. El 12 de octubre de ese año el periódico Romania Libera de Bucarest informó de su cacería en la región rumana de Covasna, al pie de los Cárpatos, en que mató a escopetazos a nueve osos, una osa gestante y un lobo y dejó malheridos de bala a varios otros animales que medio centenar de ojeadores le iban poniendo a su alcance, de suerte que los pudiera abatir sin riesgo alguno. Varios miembros de la policía secreta rumana disfrazados de campesinos e infiltrados entre los ojeadores protegían de los osos y de cuanto peligro se pudiera presentar al distinguido personaje. La cacería o masacre tuvo lugar desde el viernes 8 de octubre al domingo 10 y la organizó la empresa Abies Hunting, experta en safaris. El Rey había llegado al aeropuerto Otopeni de Bucarest en su jet privado, y escoltado por 10 patrullas de la policía y varios vehículos de acompañamiento protocolario se había trasladado a las cabañas que tenía antes Ceausescu para sus cacerías en la región. Los lugareños de Covasna le depararon al Rey español un cálido recibimiento folclórico vestidos con trajes típicos y lo agasajaron con palinca, un aguardiente de ciruela.

    Así que lo de matar animales grandes como el elefante y los búfalos de la semana pasada no es cosa nueva: le viene de lejos al Rey. Y se la va a dejar de herencia, junto con un dineral, a su nieto, quien se acaba de herir un pie por andar jugando con escopetas. ¿Qué irá a cazar este niño cuando crezca y le permitan sus padres ir de cacería? ¿Elefantes? ¿Osos? ¿Búfalos? Ya no van a quedar. Para entonces su abuelo habrá acabado con todos. Aunque las posibilidades que tiene el niño en cuestión de reemplazar andando el tiempo a su abuelo en su altísima dignidad son pocas, alguna hay. Estaría perfecto ahí, como fabricado a la medida del puesto. Es el Rey que se merece España, el país que despeña cabras desde los campanarios de sus pueblos para celebrar, con la bendición de la Iglesia, la fiesta del santo patrono.

    Fernando Vallejo es escritor. Autor de La virgen de los sicarios, ha ganado el último Premio FIL de la Feria del Libro de Guadalajara.

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  8. Yo tengo claro que toda la controversia que ha generado la noticia es sin duda, producto de la situación actual que vive España, antes no le importaba a la gran mayoría. Sin duda, no corren buenos tiempos para la actual monarquía, pero como soñadora con una república justa, no tengo esperanzas en los actuales representantes de izquierdas de nuestro país.

    No sabía nada de lo organizado que tenían el clan los elefantes, me ha encantado leerlo. Cuanto deberíamos aprender de los valores que nos enseñan los animales, en los tiempos que corren donde casi todos hemos perdido los nuestros.

    Sad kisses***

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  9. Linda!!!!! por desgracia es totalmente cierto que la gente no se plantea el coste ecológico, moral o sentimental que pueda tener la "hazaña" del "me he equivocao"... La mayoría lo ve como una cuestión económica... y yo me pregunto que que cojones le pasa al mundo... A veces prefiero pensar que son todos una panda de ignorantes con argumentos falicofascistas de que la caza es necesaria para la conservación de las especies, para no sé cuatitos y menganitos... No puedo entender como alguien que disparo a accidentalmente a su hermano sigue viendo belleza a las armas. Parece que no se le ha quitado el gusto de apretar el gatillo.
    Os recomiendo leer CÓMO ROMPER EL CORAZÓN
    DE UN ELEFANTE ... para ver como son de sensibles estos animales.
    Un beso triste linda!

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  10. Por cierto he vuelto de New York encantada... un veggie paraiso... encuentras de todo en todos lados... una delicia!

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