mardi 28 mai 2019

Los smartphones están matando la comunicación




Soy tardía en casi todo y los smarphones no han sido una excepción. Atravesé océanos de tiempo y alguna burla jurásica hasta que mi último teléfono móvil, adquirido allá por los dosmiles, pasó a mejor vida (no le guardo rencor, fueron muchos años de fidelidad absoluta). Y entonces, hace justo un año, llegó la encrucijada social, la tiranía tecnológica, los grilletes digitales del siglo XXI: el malditísimo smartphone. Tus amigxs y conocidxs, esos seres que llevan años sometiéndose gozosa y voluntariamente a la esclavitud de la disponibilidad absoluta, te cantan las maravillas del invento diabólico y alaban su capacidad para interconectar momentos, como si la inmediatez sobre todas las cosas fuera el mayor lujo al que pudieramos aspirar como especie. “Tu vida cambiará con whatsApp” aseguraban. Y, of course, tenían razón, pero si hace un año hubiera sabido hasta qué grado, posiblemente, me hubiera pillado un yaya-phone, ahorrándome muchas verdades amargas. Asumámoslo cuanto antes: los smartphones, esa adicción socialmente aceptada, están matando la comunicación, hasta el punto sin retorno de catalogar esta herramienta como “en grave peligro de extinción”. Y si, como en mi caso, compartir y comunicar es algo vocacional y una necesidad vital, la involución adquiere tintes de tragedia.




Para esa app satánica llamada whatsApp lo de menos es el qué porque el cómo prima sobre todas las cosas. No importa si compartes una receta, un cotilleo, tu último parte médico o lo mucho que te aburres haciendo cola en el super, porque la/el receptor/a de tu mensaje te contestará con una frase anémica, un inmundo emoticono o, lo peor de todo, nada en absoluto, haciéndote sentir como una imbécil integral. Si te gusta escribir y procuras hacerlo correctamente, con acentos, vocales, mayúsculas y comas, sin sucumbir al klingon consonántico de las abreviaturas, estás jodidx. Eres una alien, una pringada con actitudes pedantes que viene a recordar oscuros tiempos infantiles de interminables cuadernos Rubio. Nadie va a corresponderte. Al contrario, se te castiga por ñoña con más “frases telegrama”, para que aprendas y te pases del repelente “lado analógico” al “lado millennial”.




La amabilidad británica tampoco funciona. No pierdas el tiempo con “holas”, “adioses”, “besos” o “¿cómo lo lleva tu gato?” porque nadie va a hacer lo propio contigo. El narcisismo contra el narcisismo es la única moneda de cambio. Lo más generoso que vas a recibir es una avalancha de fotos ajenas (danger, danger!) o un audio apresurado y “quasipornográfico” (o jadeante), mientras van de camino a buscar el pan, suben las escaleras de casa o buscan su coche en el aparcamiento (Si cierras los ojos, el vibrante ajetreo de la calle puede inducirte a pensar que estas en la misma calle o ciudad  junto a esa persona ¡Oh, maravillas del autoengaño!).




Y no, si vives lejos de algunos de tus seres queridos, las actualizaciones vitales no llegan, porque nadie quiere someterse al esfuerzo de hacer un “best of” ni por phone, ni por e-mail, ni por redes sociales. Las llamadas largas son un lujo demodé y los encuentros tête à tête, la única esperanza que te quedaba, se han convertido en un “tres son multitud”. Tomarte un coffee, ir al cine, salir a cenar, lo mismo da. Él siempre está ahí, rectangularmente omnipresente, mofándose de ti cada vez que tu amigx lo sitúe irrespetuosamente sobre la mesa o lo mire distraídamente. Y no deja de repetirte: “Yo soy más importante que tú. Eres una segundona y una loser. No importa el tiempo que haga que no ves a esta persona o lo muy trascendente que sea la conversación, porque cualquier llamada, whatsApp estúpido o notificación de una app, va a lograr que el universo se detenga”. Y es, salvando las distancias, como cuando te tomas la molestia de desplazarte hasta un establecimiento, haces cola pacientemente y, de repente, una llamada telefónica de un tipo que está en su casa en gallumbos tiene prioridad sobre ti. Verdad verdadera: el esfuerzo social resulta inútil y sobrevalorado. El gallumbismo siempre gana. Este desquiciado mundo nuestro pertenece a los “Dudes” sacados de El gran Lebowski. ¿Por qué cuesta tanto darse cuenta?




En resumen: “¡Qué importante es el tiempo y cómo mola ahorrarlo con whatsApp, smartphones y nuevas tecnologías!”, dijeron los hombres grises. Momo lo sabía y no sucumbió a los ladrones del tiempo. Cada vez somos menos Momos. Los hombres grises están ganando irremisiblemente. Porque, un año después, resulta inevitable preguntarse: ¿dónde ha ido a parar el tiempo que antes empleaban mis friends en escribirme e-mails, mensajes o sms con contenido y ortográficamente correctos?¿en qué provechosa o lúdica actividad lo están empleando?¿son más felices ahora que se han librado de la buena comunicación? La tortuga Casiopea debe tener la respuesta…





lundi 20 mai 2019

Game of Thrones: de psicópatas, esquizofrenia y Targaryens (Parte 2)



[Si no eres fan de Game of Thrones  o formas parte del fandom y aún no has visto el 8x05, huye de esta entrada como si te persiguiera el dragón Viserion abducido por el Night King]


El término “locx” se evita conscientemente en psicología. Resulta denigrante, injusto e inexacto. Un/a enfermx mental debe estar siempre libre de cualquier tipo de estigmatización o etiqueta social peyorativa.

Esquizofrenia paranoide

Lo que, comúnmente, en el inconsciente colectivo, se entiende como “locx”, encajaría, básicamente, como esquizofrenia paranoide. Las personas que son diagnosticadas con este trastorno deben poseer, durante al menos 6 meses, síntomas de tipo psíquico tales como alucinaciones auditivas (a menudo en forma de voces en tercera persona que hablan sobre el sujeto y que tienden a tener un contenido amenazador y un carácter persecutorio) e ideas delirantes a causa de estas últimas.  Lxs pacientes forman una narrativa de la realidad distorsionada y pueden autoconvencerse de que están siendo perseguidxs o hasta poseídxs. También pueden aparecer delirios de grandeza o, incluso, de tipo mesiánico, considerándose una divinidad o alguien con grandes poderes o en posesión de una verdad absoluta que nadie más conoce (¿recordáis al matemático John Nash en la infame Una mente maravillosa?). No es infrecuente que también puedan aparecer delirios de lectura de pensamiento (muchxs de sus enfermxs creen leer en las mentes conspiraciones, ataques y agresiones futuras).




Targaryens

Por las descripciones, tanto de las novelas como de la serie, esta sintomatología, posiblemente, encajaría con el padre de Daenerys, comúnmente conocido como “Mad King”. El trono de hierro sentó mal a Aerys II. Aunque comenzó siendo un buen rey, con el tiempo, acabó siendo víctima de sus propios delirios paranoicos, llegando a creer que el reino entero quería asesinarlo y/o conspiraba en su contra (Burn them all!). Jaime Lannister, “the Kingslayer”, evitó a tiempo lo que podría haber acabado convirtiéndose en el genocidio de la mismísima capital de Westeros. Lo que pocxs imaginaban, era que su hija acabaría, años después, tomando el sangriento testigo.




Y es que, asumamos, por un momento, que fuera posible que este mismo tipo de esquizofrenia estuviera escrito en los genes (¡ay!) de la madre de los dragones. En la octava temporada la hemos visto insegura, aterrada, frustrada, enrabietada, herida por el duelo de seres que amaba, el despecho de “su gran amor” y la toxica soledad. Habría sido terrible, doloroso e interesante, al mismo tiempo, ser testigxs del gradual cambio de personalidad de la Khalessi. Porque si, tarde o temprano todo lo vivido tendría que haberle pasado factura. Nadie puede sobrevivir sin amor y ella no habría sido una excepción. De ser una líder empoderada, bienintencionada, megalómana, soberbia, inflexible (solo hacia sus enemigos), aunque empática y solidaria con las victimas del mundo, pasaría a convertirse, poco a poco, en una tirana esquizofrénica, fría y endurecida por el desamor, autoritaria, siempre con las reservas bajas o nulas de empatía. Básicamente, una Cersei amenazada por voces y visiones paranoicas.  



Sin embargo, en la serie no hemos visto nada de todo esto. Dany estaba (o debería) estar en estado de shock por todas las pérdidas que acababa de sufrir, viviendo sus múltiples duelos, asimilando. No obstante, cuando alcanza su objetivo con una facilidad pasmosa y King’s landing, al completo, se rinde a sus pies, no se conforma con ello y, sin venir a cuento, sufre un ataque agudo de psicopatía genocida y comienza a asesinar a todo el mundo. Daenerys no escuchaba voces, ni leía mensajes en las nubes, ni veía asesinxs enmascaradxs por los rincones. No había tenido síntomas de esquizofrenia hasta la fecha. Tampoco de psicopatía. Creció siendo una exiliada y, sobre todo, una víctima, por eso empatizaba con ellas. Su ataque de furia sádica no fue “en caliente”, presa de la ira tras sufrir un gran golpe (si Cersei hubiera ejecutado a Missandei o matado a Rhaegal en el instante post-campanas, podría entenderse un ataque casi kamikaze contra la fortaleza roja). Su crueldad fue algo frío, catártico, cruel, deliberado. Una maniobra desproporcionadísima que solo podría ejecutar una homicida sin un ápice de empatía, remordimientos, ni sentimiento de culpa. Sin embargo nadie, NADIE, se convierte en peligrosa psicópata, de adultx, en dos días, solo por estar sola y hundida y tener roto el corazón. Nadie pasa, directamente, del paso A al Z y asesina a un millón de personas a menos que se haya convertido mágicamente en un monstruo. Porque, como se ha visto en alguna crítica, el único y verdadero monstruo de esta historia son sus adaptadores, capaces de sacrificarlo todo y a todxs, de un plumazo, con tal de lograr una sorpresa XXL que desencaje todo tipo de mandíbulas.



El de Dany es, posiblemente, el mayor, más irrespetuoso, precipitado y chapucero deus ex machina en el arco de un personaje visto en una serie de calidad. Querían, a toda costa, que estuviera más enferma que su padre y que lo hiciera sin progresión ni desarrollo, de la noche a la mañana. Como humilde licenciada en psicología, la idea me duele solo de pensarla, pero, al parecer, según D&D, lo que determina nuestra personalidad, por encima de todas las cosas, es nuestra sangre; no hay elección, las personas heredan rasgos, no cambian, ni evolucionan, ni pueden usar a su familiares como contraejemplo. En el monte de los Targaryen todo es dracarys a menos que “no sean verdaderos dragones” o tengan mezcla de otras sangres, como la honorable Stark. Y Daenerys, en lugar de la antagonista potente, trágica y carismática que podría haber sido, ha pasado a convertirse, en dos capítulos, simplemente y con un insoportable tufillo misógino, en “la p*** loca” (recordemos la machirula frase de William Congreve “hell hath no fury like a woman scorned” o “no hay furia en el infierno comparable a la de una mujer despechada”). Gracias por la involución, D&D y HBO.







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dimanche 19 mai 2019

Game of Thrones: de psicópatas, esquizofrenia y Targaryens (Parte 1)





[Si no eres fan de Game of Thrones  o formas parte del fandom y aún no has visto el 8x05, huye de esta doble entrada como si te persiguiera el dragón Viserion abducido por el Night King]

Psicópatas

GoT es una serie plagada de personajes con rasgos psicopáticos en mayor o menor grado. Y no, el calificativo no puede aplicarse, únicamente, a los candidatos más evidentes, como los muy sádicos Ramsay y Joffrey.  Aunque en el lenguaje popular el término se asocie a la conducta criminal y a los asesinatos (en serie o no), lo cierto es que la mayoría de lxs psicópatas no siempre cometen delitos y pueden estar perfectamente adaptadxs a la sociedad (de hecho convivimos con ellxs y, en muchos casos, ni siquiera nos damos cuenta).

Ante todo hay que señalar que no hace falta poseer todos los rasgos de la lista para ser calificadx como psicópata y que, por el contrario, uno o dos rasgos psicopáticos tampoco convierten a quien los posea en un/a secuaz de satanás.



¿Cómo distinguirlxs? Lo primero que lxs delata es la falta de empatía. Hay quien afirma que tienen empatía cognitiva pero no emocional, y que por tanto no les provoca malestar el sufrimiento de los demás. Sin embargo, no es que carezcan de la capacidad de empatizar, sino que la activan a voluntad con las personas que quieren. ¿Qué personajes de la serie más famosa de HBO poseerían este rasgo? Posiblemente todxs lxs que claramente poseen rasgos psicopáticos. Podríamos dividirlos entre los físicamente violentos: Joffrey, Ramsay, the Mountain y Euron Greyjoy y lxs cerebrales: Cersei, Tywin, Little Finger, Craster, Roose Bolton, Walder Frey…

El egocentrismo y narcisismo también forman parte de la lista. Todxs tienden a pensar que son superiores y más importantes que el resto. Y no, no es un rasgo aplicable únicamente a lxs psicópatas. Muchos personajes de la serie lo poseen, como Jaime, los hermanos Baratheon o Daenerys.



El encanto superficial es otra cualidad y la vemos, sobre todo, en Little Finger cuando quiere ganarse la confianza de las personas que quiere engatusar. Con ella se ganó a Lysa Arrin e hijo e intentó manipular a Catelyn y Sansa.

Pobreza emocional o un rango muy limitado de emociones. No sólo son más frixs, sino que les cuesta más sentir emociones negativas como el miedo. La Montaña sería el mejor representante de este rasgo, incluso antes de ser convertido en un zombie, aunque Ramsay no le anda a la zaga.



La conducta antisocial y delictiva se muestra claramente desde la infancia en comportamientos como robos, mentiras frecuentes, vandalismo y violencia hacia personas y animales. En la adultez, se manifiesta con abuso de sustancias, la violencia de género, la violación y la pederastia. Ramsay, Joffrey, you again?

Al parecer lxs psicópatas tienen más dificultades que la población general para asociar los castigos que reciben a las conductas que los han provocado. Tienen, por lo tanto, incapacidad para aprender de la experiencia. Repasemos personajes que infravaloraban al resto y creían que podían conseguir lo que querían y abusar de quien les diera la gana, una y otra vez, en 3, 2, 1…



Poseen también impulsividad y falta de planificación, lo cual reduce considerablemente su autocontrol facilitando frecuentemente conductas impulsivas como el abuso de sustancias o las agresiones físicas. Una vez más, todos los psicópatas violentos de la serie encajarían en este rasgo.

La falta de sinceridad y la tendencia a la manipulación típicas de lxs psicópatas pueden manifestarse con mayor o menor sutileza, pero son dos características muy frecuentes en personas con niveles moderados de psicopatía que pueden no manifestar muchos de los otros rasgos que hemos visto. Lannisters, Little Finger, aunque puntuáis todxs, aquí ganáis vosotrxs. Hands down.



Otro curioso rasgo es su predisposición al aburrimiento. Necesitan, por lo tanto, una necesidad de estimulación continua. Quien más claramente representa esta característica sería Joffrey “necesito nuevas armas y formas de matar” Baratheon.

Su estilo de vida parasitario consiste en una tendencia a aprovecharse de los demás para satisfacer sus necesidades básicas. Así, con frecuencia viven del dinero, las cualidades, los cuerpos o el estilo de vida de otras personas. Tenemos unos claros ganadores: Little Finger, Craster, recojan sus premios, por favor.



Lxs psicópatas no suelen sentir culpabilidad por sus actos; su falta de empatía emocional les permite cometer delitos o manipular a los demás mostrando una total ausencia de remordimientos. De nuevo, aquí podemos incluirlxs a todxs sin excepción.

Con frecuencia lxs psicópatas caen en la promiscuidad sexual. Tienen muchas relaciones distintas que duran poco tiempo. Además, dadas sus dificultades interpersonales y para establecer compromisos, se implican en ellas de forma superficial y se preocupan principalmente por el sexo y por las utilidades prácticas que pueden obtener de sus parejas. La vida sexual más intensas que más nos han mostrado en la pequeña pantalla son la del capullísimo Ramsay y los muy repelentes viejos verdes de Craster y Walder Frey.   



¿Reconoces en estos rasgos a alguna persona conocida en el real world?


[To be continued en la segunda parte]

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