mercredi 13 octobre 2010

Never say never again



Te conocí durante mis clases de ballet. Yo tenía nueve años y ambas íbamos de rosa. No me resultó difícil bailar contigo, aunque siempre tuve la sensación de que el ambiente se habría relajado algunos enteros si no hubieras estado presente.
Volvimos a cruzar destinos en la adolescencia, cuando éramos meros e impacientes sucedáneos de mujer vestida de negro impoluto. No recuerdo si fue un sábado o alguna boda, lo que sí sé es que ya no me parecías simplemente tolerable, sino un absoluto incordio. No sólo te mostrabas siempre superficial y estrecha de miras, sino que eras la susceptibilidad personalizada: todo el mundo tenía que tratarte con una delicadeza inusitada, como si fueras un maldito melocotón. Fue entonces cuando decidí que si volvíamos a coincidir, procuraría que nuestro encuentro durase lo menos posible.

Y así fue. Pasaron los años, las ideas, los prejuicios, los gustos y las modas, y la veintena resultó un feliz paréntesis con escasos desencuentros en los que se iba confirmando que tu presencia era cada vez más incomoda e insoportable que la anterior. Sin embargo, desde que me instalé en los 30, me he sorprendido sintiendo una atracción inusitada hacia ti. Tengo que confesártelo: no dejo de fantasear con la amplia posibilidad del nosotras en todo tipo escenarios.

He descubierto que los años te han vuelto más sofisticada y sexy, pero sigues siendo la misma zorra fisgona y dependiente de siempre (con la novedad añadida de que cada vez te resulta más difícil respetar mi espacio vital).
Y aunque mi parte racional no entiende la relación directamente proporcional entre tu presencia y mi autoestima (¿no debería ser lo contrarío?), nuestro vínculo ha pasado a formar parte de mi personal e intransferible catálogo de "Ambivalencias", sección “Masoquismos”, subsección “Estúpidamente cool”.

¿Cuánto durará este insólito affair?

Si no sabes de quién (o qué) carajo estoy parlando, échale un eye a este vídeo


8 commentaires:

  1. Confesión (y esta sí que es de verdad de la buena, palabrita de niño Je..., digo de padawana): esta actualización es sólo una excusa para compartir con vosotr@s uno de los momentos más originales y curiosos de Six Feet Under.

    ¿Cuántas veces más tengo que recomendaros esta pedazo de serie? ;)

    RépondreSupprimer
  2. ZAS

    Querida, te superas post a post.

    RépondreSupprimer
  3. demonios..
    aqui el proxi de la empresa no me deja descargar series ni entrar a youtube T_T
    y ni tele tengo q mala suerte :@




    un gusto leerla de nuevo señorita escritora
    =)

    RépondreSupprimer
  4. Gracias por el apunte, la buscaré (ya veremos cómo), el hecho de que cada vez esté más encerrado en mi mundo (o submundo) hace que no me entere ya de casi nada y menos de series de tv, pero que alguien la recomiende tan encarecidamente tiene que ser por algún motivo, así que ya te contaré...

    RépondreSupprimer
  5. Holaaaa!!

    Pero de verdad merece la pena???

    Como no respondes...

    besosssssssssssssssss!

    RépondreSupprimer
  6. Señor Sey, ¿si no mereciera la pena habría escrito una crítica larguísima en mi blog peliculil poniéndola por las nubes?
    Una vez más, pregunta en lugar de leer. En fins...

    RépondreSupprimer
  7. Vaya con los panties, nunca imaginé que serían tan incómodos, como yo solo veo la parte buena ;)

    Besos

    RépondreSupprimer
  8. Hola guapa, paso de puntillas por aquí (como en tu foto) para pedirte que me envíes, si quieres una cuenta de email a proyectodescritora@yahoo.es, que es para enviarte una cosilla...

    Y a ver si me paso en otro momento a leerte ´más despacito :)

    Besos!!1

    RépondreSupprimer

Cuéntame, cuéntate...

Related Posts with Thumbnails