Si miro a mi alrededor, la situación laboral de la mayoría de mis coetáneos en la “Generación Barrio Sésamo” es la siguiente: a) Trabajo llevadero, pero no vocacional; b) Trabajo frustrante y no vocacional; c) “Explotación vocacional” y d) Paro. Son pocos y muy raros los casos de personas que trabajan en aquello para lo que están preparados y/o les gusta, y son aún más escasos y excepcionales aquellos los que lo hacen con un sueldo y unas condiciones decentes.
Cada vez que voy al centro comercial de mi ciudad me da un bajón. Me atrevería a decir que el 60% de mis antiguos compañeros de colegio han acabado “engrasando la máquina industrial” como reponedores, encargados, dependientes y cajeros. Muchos de ellos tienen estudios superiores. Hay potenciales químicos, abogados, profesores, filólogos y psicólogos entre esas personas que diariamente buscan tu talla de camiseta en el almacén, te aconsejan una televisión de 32 pulgadas en lugar de una de 26 y que, al pagar, te piden amablemente la travel.
Algunos de ellos se muestran moderadamente satisfechos con su situación laboral. Después de todo, corren malos tiempos para la galaxia y lo importante es poder pagar el ADSL, la gasolina y las lentejas. Pero la psicóloga que habita en mi siempre se pregunta ¿qué pasará dentro de unos años cuando ya no seamos jóvenes?, ¿qué cicatriz nos dejará haber pasado toda nuestra vida realizando un trabajo sin apenas alicientes que está muy por debajo de nuestras capacidades?
Todo apunta a que todos aquellos que merendábamos con Epi, Coco, Espinete y el monstruo de las galletas (y posiblemente los que vengan detrás), estamos destinados a ser “la generación de la frustración laboral”, aquella que tuvo que hipotecar sus sueños. Y teníamos razones para soñar de niños. Después de todo, fuimos "cachorros mimados" y las comparaciones con nuestros padres, por una vez, eran todo menos odiosas. Pero, hoy día, los pocos que utilizan la palabra vocación son mirados como ilusos, infantiles o locos.
Aunque lo más descorazonador, es descubrir a diario como la mayoría hemos caído ya en la Indefensión aprendida. Nos tragamos, capítulo tras capítulo, la triste serie que nos han querido vender. La televisión nos ha educado para mostrarnos pesimistas, apáticos, pasivos y conformistas ante esa "cruda e inalterable reality". El idealismo y la capacidad de riesgo nos resultan demasiado caros. No nos esforzamos en aspirar a más, en hacer más, en ser más. ¿Acaso creemos no merecerlo? Nos hiere la desorientación, la falta de amor propio y la falta de tiempo para reflexionar y darnos cuenta de dónde estamos y hacia dónde vamos...
P.D. Actualización ultramegapesimista de la que, posiblemente, me arrepienta mañana.
P.D.2. Por si a alguien le interesa si los vegetarianos somos más empáticos que los omnívoros, que pase por caja aquí V for vegetarian
Cada vez que voy al centro comercial de mi ciudad me da un bajón. Me atrevería a decir que el 60% de mis antiguos compañeros de colegio han acabado “engrasando la máquina industrial” como reponedores, encargados, dependientes y cajeros. Muchos de ellos tienen estudios superiores. Hay potenciales químicos, abogados, profesores, filólogos y psicólogos entre esas personas que diariamente buscan tu talla de camiseta en el almacén, te aconsejan una televisión de 32 pulgadas en lugar de una de 26 y que, al pagar, te piden amablemente la travel.
Algunos de ellos se muestran moderadamente satisfechos con su situación laboral. Después de todo, corren malos tiempos para la galaxia y lo importante es poder pagar el ADSL, la gasolina y las lentejas. Pero la psicóloga que habita en mi siempre se pregunta ¿qué pasará dentro de unos años cuando ya no seamos jóvenes?, ¿qué cicatriz nos dejará haber pasado toda nuestra vida realizando un trabajo sin apenas alicientes que está muy por debajo de nuestras capacidades?
Todo apunta a que todos aquellos que merendábamos con Epi, Coco, Espinete y el monstruo de las galletas (y posiblemente los que vengan detrás), estamos destinados a ser “la generación de la frustración laboral”, aquella que tuvo que hipotecar sus sueños. Y teníamos razones para soñar de niños. Después de todo, fuimos "cachorros mimados" y las comparaciones con nuestros padres, por una vez, eran todo menos odiosas. Pero, hoy día, los pocos que utilizan la palabra vocación son mirados como ilusos, infantiles o locos.
Aunque lo más descorazonador, es descubrir a diario como la mayoría hemos caído ya en la Indefensión aprendida. Nos tragamos, capítulo tras capítulo, la triste serie que nos han querido vender. La televisión nos ha educado para mostrarnos pesimistas, apáticos, pasivos y conformistas ante esa "cruda e inalterable reality". El idealismo y la capacidad de riesgo nos resultan demasiado caros. No nos esforzamos en aspirar a más, en hacer más, en ser más. ¿Acaso creemos no merecerlo? Nos hiere la desorientación, la falta de amor propio y la falta de tiempo para reflexionar y darnos cuenta de dónde estamos y hacia dónde vamos...
P.D. Actualización ultramegapesimista de la que, posiblemente, me arrepienta mañana.
P.D.2. Por si a alguien le interesa si los vegetarianos somos más empáticos que los omnívoros, que pase por caja aquí V for vegetarian
P.D.3. I don’t believe in you anymore...
El blog cada vez está más muerto. Que penita, jop...
RépondreSupprimerYo creo que muchísimas veces se acaba en esos trabajos porque "No hay otra."
RépondreSupprimerDonde el fenómeno de "No hay otra." está compuesto de: "Es demasiado arriesgado plantearme la idea de dejarlo ahora.", "Es que aquí ya me han hecho/me han dicho que estoy/seré fijo y no está la cosa como para...", y derivados relacionados con la falta de riesgo.
También diría que el "No hay otra." está compuesto por esa falta de amor propio, falta de espíritu luchador, la sensación de comodidad que te da el "Tener un pájaro en mano", y similares...
El futuro es demasiado incierto, y yo apostaría a que últimamente hay muchísimo miedo para lanzarse a luchar contra él, veo a la gente y siento que la mayoría prefieren cobijarse y rápido bajo un escudo aunque sea de cartón y pensar "Ya me buscaré uno de calidad después", la pena es cuando nunca llega el bueno, porque se entra en esa espiral...
¿Será imposible salir de ella? Te responderé cuando me sienta dentro.
Un saludo nocturno = )
No se, ALHY, creo que la vida nos ha ido llevando, las cosas no están ahora como para andarse con exigencias respecto al curro. Tengo un amigo que siempre dijo que trabajaría en lo suyo, que era lo que le gustaba y para lo que se había preparado. Y ahí está, a sus taytantos, con dos hijas y viviendo del curro de su mujer y de la ayuda de sus padres. Un idealista? posiblemente, pero un desgraciado y un caradura también. Soy la primera que aspira a que la vida sea estupenda, el trabajo me llene, y no hacer lo que no quiero hacer. Pero hay algo un poco más práctico que todo eso: hay que comer. Y ya ni hablamos de lujos y caprichos.
RépondreSupprimerNo se, es complicado...
Un besito.
Yo no creo que esté muerto, por lo menos por mi parte lo leo siempre. Solo que prefiero callar a menos que tenga algo interesante para decir (hoy es la excepción al parecer)
RépondreSupprimerYo también creo que uno se va perdiendo en esa vorágine del dinero de a poquito. Al principio "es temporal", hasta que aparezca loq ue uno realmente busca (y en general ni siquiera se sabe !UE es eso) y después, como dijo "caja de carton" llega esa cobardía que se aferra a la "comodidad" de lo que ya tenemos y lo incierto de salir a buscar algo distinto.
Como cambiar eso? en sociedad? mm no creo, por lo pronto las actitudes personales estan cada vez más deterioradas, deberíamos empezar por ahí..
Saludos...
Thank you, por tu aportación, Italian Angel! I've missed you!Estoy totalmente de acuerdo contigo :)
RépondreSupprimerNo me referia a que mi blog estuviera muerto, sino al mundo bloguil en general. Se nota un descenso bestial de actualizaciones y posteos y eso me produce tristeza.
Yo también tengo esa "manía" perfeccionista de no postear a menos que tenga algo que aportar, pero creo que, a veces, lo que para nosotros es "nada relevante" para el dueño del blog, o los lectores, puede ser valioso o importante. Nos infravaloramos más a menudo de lo que creemos ;)
CMQ, sí, es complicado. No sé si me he explicado mal, pero no me refería a una fase (como puede ser iniciarse en el mundo laboral y apechugar con lo que encuentras), o un momento de crisis personal y/o económica como este que desgraciadamente estamos viviendo. Tampoco quiero insinuar que siempre haya que trabajar única y exclusivamente en aquello que nos encanta y nos llena, me refería a nuestra apatía vital y nuestra escasa actitud de autosuperación.
RépondreSupprimerPuedes hipotecarte durante una fase de tu vida, pero si durante años "te acomodas" con lo que tienes sólo porque te proporciona estabilidad económica y dejas de buscar o aspirar a otras posibilidades, que siempre las hay, aunque no lleguen a ser tu gran vocación... ahí está el problema, en mi opinión.
He querido viajar al futuro, pero leyendo ahora el articulo (que fue escrito en un big momento de frustración) veo que no lo he conseguido. Quería comparar el conformismo de nuestra generación con el de nuestros padres. Nosotros, en general, estamos más preparados que ellos y nuestras expectativas son mayores, por lo tanto, nuestra frustración a largo plazo también va a ser mucho mayor.
En realidad, todo esto es una especie de reprimenda que me echo a mi misma, para darme fuerza, para animarme a enfrentarme con espiritu critico a lo que venga, pero, al mismo tiempo, es una llamada a no dejar de luchar por aquello que quiero, por muchos trabajos basura que me encuentre en el camino.
Yo estoy ahora en la fase "estoy explotado y mi trabajo me importa un pito". Sin embargo, como hemos hablado otras veces, para mi el trabajo no es importante en la vida en el sentido de que, básicamente, es "una jodienda" con la que tengo que tragar sí o sí. A mi la verdad es que no me importa que mi trabajo me llene porque lo que verdaderamente quiero es que llegue mi día libre para dedicarme a lo que verdaderamente me gusta. Yo vivo para mis días libres, para mis hobbies y verdaderas pasiones y para divertirme. El trabajo para mi es una aberración con la que tengo que cumplir por fuerza y, por eso, no me preocupa. Eso sí, you konow esto no lo digo negativamente: para mi es positiva la actitud, especialmente de cara a luchar contra esta sociedad horrenda, el no ser ambicioso en absoluto, el ser un mediocre. Los mediocres cambiaremos el mundo moderno.
RépondreSupprimerEso sí: el problema (y ahora lo padezco) es cuando te explotan y no te dejan tiempo libre. Eso sí es un problema del que escaparé en cuanto pueda.
Por lo demás, el mundo laboral a mi no me llena ni me llenará nunca, y por eso (como protesta too) seré un feliz y rebelde mediocre sin nada que aportar a este mundo (y me regocijo de ello :D).
PD: La postdata 3 me ha dejado algo rayading... X)
No, no te he entendido mal, Alhy. Lo que pasa es que todo depende de cómo te tomes las cosas. Para mí el trabajo no es, ni será nunca, nada más que el medio de conseguir la pasta necesaria para hacer las cosas que quiero hacer o tener la vida que quiero tener. Posiblemente porque la única vocación real que tuve en la vida quedó en el olvido por una lesión (ya sabes, yo bailaba) y no queda otro remedio que trabajar en algo. Partiendo de ese punto, por supuesto que preferiría trabajar en algo que me encantara, un trabajo hecho para mí (esto no significa que no me guste mi trabajo), pero es que para mí la vida es lo que hay fuera del trabajo, Alhy.
RépondreSupprimerPara mí la superación siempre estriba en la vida privada, en las aficiones, en las relaciones. Laboralmente, no necesito ni quiero más, mis ambiciones son personales, no laborales. Quizá porque no me puedo quejar de mi trabajo, claro...
No se la edad que tendrán tus padres, pero desde luego los míos y muchos de sus amigos (por no decir casi todos) no tuvieron ni tiempo ni oportunidades de plantearse cuál era su vocación, ALHY, en su generación también hubo mucha frustración, probablemente más que en la nuestra, lo que ocurre es que por las circunstancias ni siquiera se planteaban que estaban frustrados. Ahora, pasados los años, mi madre sí relativiza las cosas y se da cuenta de que su vida no ha sido ni de lejos lo que esperaba... pero no había otra.
En el fondo somos afortunados. Sabemos lo que hay, y tenemos la oportunidad de soñar. Tenemos expectativas, estamos preparados, algunos lo conseguimos... Algunos podemos perseguir los sueños, otros no. Pero desde luego lo que tengo muy claro es que no siempre es culpa del destino ni nuestra frustración ni nuestra desmotivación. Se nos ha dado demasiado, y espera, que los que vienen detrás aún van peor...
Cuando todo viene fácil, acomodarse es lo más sencillo, y posiblemente eso es lo que nos ha pasado. Que no hemos aprendido a luchar lo suficiente.
Besos.
Jo, la perspectiva no puede ser más gris... y como quiero ser un rayito de esperanza, te diré que a mí me pagan por escribir, por investigar sobre palabras, por darle vueltas al coco e intentar publicar conclusiones que puedan servir a alguien... y no se vive mal, la verdad. Claro, que mi trabajo, mis buenas notas y mis horas de sacrificio me ha costado llegar adonde estoy...
RépondreSupprimerBastantes trabas nos pone la vida como para que nos las pongamos nosotros mismos de manera gratuita. Hay que apuntar alto y sin complejos, y luchar por aquello que nos gusta. Que por nosotros no quede, no?
;)
Buena noche, estoy de acuerdo con orologiaio y siempre merecen mi admiración aquellas personas que trabajan en lo que les gusta. Son unos suertudos.
RépondreSupprimerDe mi generación somos muchos los que inducidos por el sistema hemos llegado a trabajos que no nos gustan realmente, lo hacemos para tener casa y comida, que hoy en día resulta imprescindible, y somos nosotros dentro del sistema quienes tenemos que apechugar con ello. ¿por qué tanta gente juega a la lotería? ¿están todos insatisfechos? todos queremos ser ricos pero la riqueza no consiste en el dinero, aunque ayude, la riqueza es la personal y no se tiene que considerar uno mediocre cuando tiene que aceptar la triste realidad. Yo no me acomodo, se acostumbra a sobrellevar las circunstancias lo mejor que se puede y seguiré aspirando a todo aquello que sea beneficioso para los demás y para mi.
Feliz y rebelde con mucha causa.
yo soy de la opción a), trabajo decente pero no vocacional, pero eso me permite escribir que es lo que me interesa, y leer sobre los temas que me gustan, en fin que ya renuncié a currar en algo apasionante, pero por otra parte igual si es trabajo ya no es tan apasionante, y además lo que yo de verdad quiero creo que es tiempo libre, no sé, es un lío, pero tienes razón en que somos la generación mimada, y bueno ahora estamos donde estamos pero muchos asqueados de su vida, yo al menos no me arrepiento de nada, he vivido aquí y allá tal y como quería y lo único que me dejé en el tintero trato de recuperarlo día a día, pero hay mucha gente que no se sienta a reflexionar sobre lo que quería hacer y lo que hizo de verdad, porque se pone a llorar, eso da mucha pena... en cuanto a la situación actual, me da miedo porque las empresas se aprovechan de la crisis y te piden que hagas el doble de curro por el mismo precio, y si no te gusta hay cola para sustituirte... hala, pa pesimismo el mio!!! pero es lo que veo a mi alrededor... eso los que trabajan!!! al menos tengo la suerte de tener un marido que curra con absoluta y total dedicación/vocación, eso significa que curra unas doce horas diarias pero para él currar es como para mí divertirme...
RépondreSupprimerHola!
RépondreSupprimerPermíteme presentarme soy Cleofé administradora de un par de webs, visité tu portal y está interesante, tienes temas muy buenos y el diseño me gusta. Me encantaría poner un link de tu web en mis sitios y así mis visitas puedan visitarlo también. Si estás de acuerdo no dudes en escribirme
Éxitos con tu blog.
Cleofé García
cleofegarcia@hotmail.es
Hi Amaiaa!!
RépondreSupprimerSiento el retraso en el post, la verdad es que ultimamente poco he andado por el mundo internetil.
NO podia pasar la oportunidad de hablar de este tema porque la verdad es que me esta tocando de pleno.
Cuando una se adentra al mundo laboral, comienza con lo primero que le sale, por aquello de, bueno por algun lado tiene que empezar una y cuando menos miras llevas 4 años. Es triste decirlo pero siempre se postergan los sueños y los deseos de realizar el trabajo para el que una se ha preparado, pensando que quizas en medio año sea cuando comienzes a buscar pero ese día nunca llega...
De todas formas prefiero acabar con un punto optimista y pensando que a cada uno nos puede llegar un punto de inflexion que nos sirva para comenzar a construir de nuevo nuestros mas ansiados deseos profesionales. Somos jovenes y no es una locura pensar que ese día puede llegar...
Kissesss