La
naturaleza de la vida es cambiar. Y cuando esta cambia demasiado deprisa, con
funestas y apocalípticas consecuencias, y toda la responsabilidad de ese cambio
recae sobre tu especie, cambiar tus hábitos es una obligación y un imperativo
moral.
Hoy
comparto mi hoja de ruta o compromiso hacia nuestra primera madre: la tierra.
Que cada unx haga el suyo (Aviso: quien solo realice cambios o reajustes que le
resulten cómodos en tiempos de apretarse colectivamente el cinturón, en
realidad, se está autoengañando, no comprometiendo).
Me
comprometo a seguir siendo antiespecista y, consecuentemente, vegana. A
informar y concienciar, a boicotear el lobby ganaderil y el holocausto animal en
todos sus ámbitos y a luchar por la liberación animal siempre (“Mientras haya mataderos habrá campos de
batalla” dijo Tolstoi).
Me
comprometo a no tener coche, a utilizar el transporte público menos
contaminante posible, a caminar todo lo que pueda y a no viajar en avión.
Me
comprometo a no tener hijxs biologicxs.
Me
comprometo a no seguir alimentando el modelo consumista y a comprar sólo lo que
necesito. En resumidas cuentas: a consumir menos y mejor.
Me
comprometo a exigir responsabilidades y boicotear a las industrias, empresas y
lobbies que más contaminan.
Me
comprometo a consumir el menor número de ropa, a no financiar el Fast Fashion y
a boicotear esta industria toxica exigiendo un nuevo sistema de producción,
apoyando el reciclaje y la ropa de segunda mano, etc.
Me
comprometo, salvo excepciones que lo eco-compensen a corto, medio o largo plazo,
a no comprar productos online.
Me
comprometo a batallar en la lucha contra el plástico, evitar productos
sobreembalados, comprar a peso, llevar mi propia bolsa independientemente del
producto que adquiera, etc.
Me
comprometo a elegir productos (frutas, hortalizas y verduras) locales y de
temporada.
Me
comprometo a apoyar la economía circular (y a evitar producir fracción resto
mientras no se instaure ese sistema. Y, lógicamente, a reciclar y compostar).
Me
comprometo a elegir productos de “vida larga”, producidos de la forma más eco
posible y a rechazar la obsolescencia programada.
Me
comprometo a elegir el tipo de energía que suministre mi hogar más verde
posible y a no derrochar recursos (no abusar del agua, ni de la luz, calefacción,
aire acondicionado, etc).
Me
comprometo a elegir productos de limpieza, cremas + productos de belleza, electrodomésticos
y demás, lo más green y éticos posible.
Me
comprometo a apoyar a partidos políticos para los que la emergencia climática
sea una prioridad absoluta, y a participar en protestas, manifestaciones y actos
de rebelión pacífica.
Me
comprometo a “dar caña” informando y concienciando; a firmar, compartir y/o crear
peticiones, tanto desde las redes sociales como en mi círculo social, incluso a
pesar de la nula respuesta, el rechazo o la progresiva falta de fe en la
humanidad.
Me
comprometo a exigir medidas e intervención ciudadana a lxs politicxs
responsables todo el año y no solo durante el periodo electoral.
Me
comprometo a luchar contra el capitalismo neoliberal, el patriarcado, el
machismo, el especismo o cualquier cáncer que amenace el progreso, el planeta,
el futuro y la libertad y otredad de cada
individuo, sea de la especie, sexo, raza u orientación sexual que sea.
Me
comprometo a formar parte de la extinction rebellion, a actuar, proteger y luchar por mi hogar/planeta y
todos sus tesoros, y a dar voz a todas sus criaturas durante toda mi vida.
Me
comprometo a convertirme en “portadora de luz”, a ser siempre parte de la
solución y nunca de la polución.
Este
es mi compromiso Gaia. ¿Cuál es el tuyo?
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