jeudi 2 septembre 2010

Some like it short (Con shorts y a lo loco)



A pesar de que el verano no ha terminado técnicamente, la vuelta al cole o al trabajo nos ha reseteado mentalmente para un nuevo ciclo. Por lo tanto, creo que es justo dedicarle una actualización a la que ha sido una de las estrellas de este (fatal) summer 2010: el short short, o la también comocida como prenda ingrata.

La estación de los calores siempre lleva implícito un descocamiento (quasi)juvenil que no tienen otras épocas del año. Confieso que a mi siempre me ha parecido un momento perfecto para evaluar el nivel de autoestima y fashionvictimismo de la gente.

A casi nadie parece importarle que la moda esté hecha para uniformar. Cuando algo se lleva, sentimos el impulso a veces irreprimible de pasar por el aro (o, por la tela), por muy hortera y/o ladygagil que sea. La aceptación del grupo en lo referente a la moda, se paga con sudor, dolor y, a veces, con el más espantoso de los ridículos.

Este ha sido el verano de los shorts y no ha habido mujer de menos de 35 años que no haya sentido la presión, más o menos implícita, de que, para estar in tenía que enfundarse unos pantalones cortísimos sobre unas piernas bronceadas. El problema es que la piel dorada se puede conseguir, pero las piernas aptas para tan exigente prenda, no.

Algunos creen que ser muy joven es una garantía de éxito, como si la adolescencia per se te dotara de buenas piernas para luego quitártelas, como en el hechizo de La Sirenita. Craso error. No importa que tengas 15, 24 o 46 primaveras, porque hay más piernas que fracasan que las que salen airosas ante el short test. Y es que no todo el mundo puede tener unos miembros inferiores delgados, estilizados, firmes y sin celulitis. Y esa dolorosa verdad hay que asimilarla.

Y cuesta asimilarlo cuando tienes 14 años y quieres encajar esteticamente como una pieza de lego en un una baldosa de Gaudí. El fashionvictismo que marca el paso de la infancia a la edad adulta, en su "incautez", el lugar de cambiar el mode de niña a "proyecto de mujer", se situa directamente en putón. Así que la (potencialmente chabacana) short fever se ha cebado, una vez más, en la más tierna muchachada, ante la incomprensible ¿indiferencia/conformidad/aprobación? de los padres.

Como buena 4, tal vez las desafortunadas elecciones shortiles de algunas mujeres me duelan más de lo que sería saludable. Cosas de mi omnipresente sentido estético y mi autoexigencia, I guess. Pero admito que siento una mezcla de admiración y lástima por los trendy que se atreven a llevar lo que les da la gana cuando les da la gana, independientemente de si les sienta bien o no. Yo nunca lo haría, no me abandonaría a las crueles imposiciones de la moda en verano, como tampoco abandonaría a mis adoradas mascotas. Supongo que yo me lo pierdo...


Pasen por la encuesta semanal, please! ;)
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